La civilización del espectáculo

Espíritu, ideales, placer, amor, solidaridad, alma. El Nobel Mario Vargas Llosa se pregunta si estas palabras significan algo todavía. Con este texto responde al papel de la cultura hoy, define lo que ha bautizado como la "civilización del espectáculo" y desarrolla su Alegato de defensa de los valores eternos.



....La idea de progreso es engañosa. Quién, que no fuera un ciego o un fanático, podría negar que una época en la que los seres humanos pueden viajar a las estrellas, comunicarse al instante salvando todas las distancias gracias al Internet, clonar a los animales y a los humanos, fabricar armas capaces de volatilizar el planeta e ir destruyendo con nuestras prodigiosas invenciones industriales el aire que respiramos, el agua que bebemos y la tierra que nos alimenta, ha alcanzado un desarrollo sin precedentes en la historia de la humanidad. Al mismo tiempo, nunca ha estado menos segura la supervivencia de la especie por los riesgos de una confrontación atómica, la locura sanguinaria de los fanatismos religiosos y la erosión del medio ambiente, y acaso nunca haya habido, junto a las extraordinarias oportunidades y condiciones de vida de que gozan los privilegiados, el contraste de la pavorosa miseria y las atroces condiciones de vida que todavía padecen, en este mundo tan próspero, centenares de millones de seres humanos, y no sólo en el llamado Tercer Mundo, también en enclaves de horror y vergüenza en el seno mismo de las ciudades más opulentas del planeta....




la nota completa en http://www.elpais.com/articulo/portada/civilizacion/espectaculo/elpepuculbab/20110122elpbabpor_1/Tes

El error de la prensa militante

En un país políticamente dividido no sorprende que el periodismo esté dividido. Como en otras democracias polarizadas de América latina, las divisiones políticas atraviesan el periodismo argentino. Como nunca desde la restauración democrática, la profundización de diferencias, peleas públicas y acusaciones cruzadas entre periodistas y medios de prensa cobraron notoriedad.....

... ¿Quién paga por la producción cotidiana de noticia, información y opinión? Veamos las opciones. La opción del viejo periodismo partidario, en vías de extinción en el mundo, fue ser financiado por las grandes maquinarias políticas y los afiliados a los partidos. En la Argentina, con partidos en crisis perpetua y con crónicas dificultades financieras, esa posibilidad no parece viable. ...

...Si los fondos públicos son el sustento del periodismo militante, obviamente, esto continúa un problema medular y de larga data de la democracia argentina: el uso discrecional de dinero del Estado para sustentar el periodismo oficialista y no, precisamente, el periodismo que sirve al público....

...El periodismo siempre informa desde un lugar determinado, no desde un utópico Olimpo alejado de la vida política y moral de la ciudadanía. Reconocer esta situación no implica abandonar la idea de que el periodismo debe procurar mantener distancia frente a los gobiernos y ser crítico de los dogmas perpetuados por quienes recitan sus verdades.

Se sacrifican los datos cuando la opinión desinformada domina y se usan anteojeras ideológicas para dar información que confirma previas convicciones. Parafraseando a Hannah Arendt, la libertad de opinión se convierte en farsa cuando se ignoran los hechos en función de la ideología o el poder. Tal situación requiere que el periodismo pugne por tener autonomía, respete los datos, y confronte a los gobiernos y ciudadanos con la información que ocultan, desconocen, o rehúsan saber. Esta debe ser la real militancia del periodismo.


Extracto de la columna de Silvio Waisbord para LA NACION, "el error de la prensa militante". La columna completa encontrala en http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1340778